Las relaciones con los países subsaharianos datan de mediados de los años 50; los primeros contactos con algunos de ellos tuvieron lugar incluso antes que alcanzaran su idependencia. En 1956 se establecieron relaciones diplomáticas con Ghana y después, con muchos países al sur del Sahara. A comienzos de los años 70, Israel mantenía relaciones diplomáticas plenas con 33 países de la zona. Estos lazos reflejaban la afinidad africana con Israel, un joven estado que se había independizado en 1948 y estaba ansioso por compartir sus experiencias y tecnologías con los nuevos estados africanos. Se establecieron relaciones comerciales mutuamente provechosas, así como varias empresas conjuntas.
A raíz de la guerra de Yom Kipur en 1973, a la que siguió la crisis petrolera mundial, la mayoría de los países subsaharianos rompieron las relaciones diplomáticas con Israel por dos razones principales: una, las promesas de recibir petróleo barato y ayuda financiera de los países árabes; y la otra, en cumplimiento de la resolución de la Organización de Unidad Africana, patrocinada por Egipto, instando a romper las relaciones con Israel. Únicamente Malawi, Lesotho y Swaziland mantuvieron relaciones diplomáticas plenas, y unos pocos países más mantuvieron sus relaciones a través de oficinas de intereses israelíes instaladas en otras embajadas. La cooperación, no obstante, continuó, en buena medida: estudiantes africanos siguieron participando en cursos de capacitación en Israel, y expertos israelíes continuaron actuando en el continente.
Desde la década del 80 las relaciones diplomáticas con esos países se fueron reanudando gradualmente, a medida que las negociaciones de paz entre Israel y sus vecinos árabes iban progresando. Hacia fines de los años 90 39 países subsaharianos habían restablecido las relaciones diplomáticas oficiales con Israel.
El Ministro de Relaciones
Exteriores Liberman participa en la distribución de equipos agrícolas de
fabricación israelí a las mujeres en Kenia, septiembre 2009 (Foto: MFA)
Hoy en día Israel y esos países participan en un constante diálogo político que se expresa en visitas recíprocas de jefes de estado y ministros. Más aún, existen dinámicas actividades que incluyen relaciones económicas y comerciales, contactos culturales y académicos, y una variedad de proyectos conjuntos en el ámbito de la agrícultura y la asistencia médica, así como programas de capacitación profesional y ayuda humanitaria en tiempos de apremio.
Israel ha seguido con interés el proceso de integración política y económica en Africa, y la creación de la Unión Africana. En prueba de amistad y solidaridad, Israel ha reiterado su compromiso de trabajar conjuntamente con las noveles instituciones y organizaciones de Africa, agregando un nuevo capítulo a sus singulares relaciones con este continente.